EL PECIO
Esto es todo cuanto
queda de mi barquilla varada.
El pecio de mi barquilla a orillas del mar
de Tetris
encallado y silencioso… callado… guarda silencio…
y
aunque aparenta dormido… vela y vigila… y alumbra…
con su velita encendida… con su llamita despierta…
con su corazón alerta… para sentir la Consciencia
y el palpitar de la Vida.
Duerme y vela sin su vela…
vela y duerme sin su ancla,
sin su timón, sin su quilla
y sin
su palo mayor…
aquel por el que subía
el grumete lazarillo
con su farolillo guía
y su catalejo al hombro
hasta la cesta vacía
para llenarla de asombro…
ojo avizor penetrante
atento al fugaz instante,
oteando un horizonte
que se le esconde distante
desde poniente hasta oriente
y desde sur hasta norte
para gritar: “¡A la vista!”
cuando divisa una bella
tierra ignota y desprovista
de defensiva muralla
que se le ofrece en conquista
como una virgen doncella
con quien entablar batalla
para vencella y amalla…
O al enemigo corsario
que en su temido bajel
navega con viento en popa
desde Estambul hasta Europa
bajo un pendón adversario
por la vega de papel…
Navega,
velero mío,
por estos mares profundos
sin temor al desvarío...
sin temor al desvarío...
No tengas miedo a la suerte
No tengas miedo a la muerte
que te conduce al olvido.
Excelente.
ResponderEliminarSaludos.