Le he pedido
prestada sin permiso a mi amigo y cuñau, martín
el bueno, el más tunante de entre los tunos adosados a mi sangre,
el bueno, el más tunante de entre los tunos adosados a mi sangre,
su patera
sin pintura y oxidada, rescatada de la dársena olvidada
donde pace y
se solaza a voluntad y reproduce a placer y sin control
el muy apreciado por el chef y orgulloso bogavante,
el muy apreciado por el chef y orgulloso bogavante,
con objeto
de trocarla por el arte de mi experta y hábil mano delicada
en un
flamante, boyante y bogante velero bergantín.
Bloga,
bloga, marinero en tu barquito velero…
Informe
pericial y presupuesto de reparación:
Necesita una
mano de pintura esta patera,
previo
lijado y limpieza de la herrumbre,
que es del
hierro y del acero podredumbre,
como lo es del
alma humana la certera
sinrazón de
llenarle al usurero la cartera,
y el arcón
al avariento prestamista financiero,
con espuertas
rebosantes de dinero
y serones
con doblones de oro y plata
y bolsones
con monedas y divisas extranjeras
y heredades de
fortunas indivisas;
y no me
refiero a la del tío pobre renegado,
relegado al
olvido y sin camisa.
Necesita una
mano de pintura esta patera,
previo
lijado y limpieza de la herrumbre,
que es del
hierro y del acero podredumbre,
como lo es
del alma humana la frontera
que divide y
que separa desgarrando corazones
por
conflictos sin motivos ni argumentos ni razones,
sin valor más
consistente que el embuste,
el fraude, el
autoengaño, la mentira y la quimera.
Necesita esta
patera otra mano de pintura
pues hay que
inaugurar periplo nuevo
en esta
travesía y una nueva botadura.
Necesita una
mano de pintura esta patera a buen seguro,
pues tal
como se ve, nadie da por ella ni te ofrece,
ni la cuarta
parte, que es mitad de medio duro.
Rebosante está
la caja fuerte de lingotes en el banco del banquero
y la llave que
lo guarda en el cajón del escritorio;
y en la
cumbre del montón un promontorio
con montañas
relucientes de diamantes en bruto y de brillantes.
conseguidos con
el uso desmedido y la costumbre
de sangrar
las vetas de la tierra y las venas ya medio vacías del minero,
del esclavo temporero
sin contrato laboral y del obrero
y del
autónomo empresario, en continua incertidumbre;
que a duras
penas consiguen culminar su fin de mes
con su mísero
salario
y pagar al
conde-duque y al marqués
los
impuestos añadidos al erario,
Impregnada está
su camisa de sudor y de roja hemoglobina
del amigo
compañero por la causa de un barreno
y sembrado
el corazón de miedo y desazón,
de rabia e
impotencia, de rebelión e inquina.
Cuando esté sonrosada
en el árbol la manzana
y en la cepa
la racima derrame sus granos por madura
la tomarán entre
sus manos con auténtica dulzura
y exquisita atención
el hortelano, el jardinero y cosechero;
de la manzana
la sidra y el cava de la uva
se llenarán
las botellas que se quiebren
contra el
casco renovado en el brindis
por la nueva
singladura.
Ese día, cuando
luzcan en el cielo los azules
y repiquen a
fiesta en domingo las campanas,
escapará deslumbrante
mi bajel por la bocana
en busca de
otros mares y de nuevos estambules.
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